En los procesos de coaching, una inquietud recurrente es la efectividad de los planes en el futuro. Este cuestionamiento manifiesta el anhelo de alcanzar las metas, la visión personal de encontrarse en una posición de logro y reconocimiento. Sin embargo, la realidad nos muestra que la senda al éxito es sinuosa y diversa, forjada tanto por la preparación como por la habilidad para adaptarnos.
El pensador romano Séneca sugirió que "La suerte es lo que ocurre cuando la preparación se encuentra con la oportunidad". Con una idea similar, el golfista sudafricano Gary Player afirmó "Cuanto más me preparo, más suerte tengo". Ambas expresiones subrayan un punto crítico en la vida personal y profesional: estar preparados para las nuevas oportunidades y saber capitalizarlas cuando se presentan. En este contexto, los conceptos griegos del tiempo, Cronos y Kairós adquieren especial relevancia.
Cronos, haciendo referencia al tiempo medido, cuantitativo, como el que marcamos en los relojes y calendarios, el que invertimos en la preparación. Es vital en el ámbito del coaching, pues permite establecer objetivos, definir qué habilidades requerimos y diseñar un plan de acción para alcanzarlos.
Kairós, por su parte, alude al instante oportuno, un tiempo cualitativo imposible de medir del mismo modo que Cronos. Son esas "ventanas de oportunidad" que aparecen y desaparecen, esos momentos en los que, si estamos preparados, somos capaces de obtener una ventaja significativa. Sin embargo, para estar listos para Kairós, es indispensable más que la simple acumulación de habilidades y conocimientos; es necesario asumir una mentalidad de crecimiento, ser resilientes y mantenernos abiertos al aprendizaje.
En un mundo volátil e incierto, donde la única constante es el cambio, la preparación para el éxito va más allá de la anticipación de oportunidades, implica también la capacidad de adaptarse y capitalizar aquellas que surgen de manera inesperada.
Es fundamental fomentar la destreza para enfrentar adversidades y salir fortalecidos de ellas. Debido a que el camino al éxito es raramente lineal y, cuando la "suerte" no está de nuestro lado, la resiliencia nos impulsa a seguir adelante.
Finalmente, sin importar cuán avanzados nos encontremos en nuestra carrera, siempre hay algo nuevo por aprender. Y no sólo se trata de aspectos técnicos, sino también de habilidades blandas como la empatía, la comunicación efectiva o el liderazgo.
En coaching ejecutivo, trasciende la preparación para el futuro; también consiste en desarrollar una mentalidad adaptable, a fortalecer la resiliencia y a aceptar el aprendizaje permanente. De esta forma, es posible crear tu propia "suerte", a sacar el máximo partido tanto al Cronos como al Kairós, a ser protagonistas de su propia historia.
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