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Foto del escritorAlberto Tovar

Nuestras finanzas a merced del fraude digital


Las transacciones por medios digitales se han facilitado y con ello, también han proliferado los fraudes. No cabe duda, nuestros datos personales son demasiado vulnerables y es impresionante la información que tienen quienes tratan de engañarnos, pues cada vez lo realizan de una manera más elaborada.

Bajo un esquema que ya ha sido relatado en redes sociales, intentaron hacerlo a un familiar y es sorprendente la mecánica, porque poseen pleno conocimiento de cómo funciona el protocolo de un banco.

Primero, llaman para preguntar si reconoces un movimiento en una tarjeta de crédito del cual ellos tienen el nombre del titular y al menos los últimos dígitos del plástico. Aquí, un paréntesis ¿cómo obtuvieron esos datos? ¿Los entregó un empleado del banco coludido? ¿Fueron jaqueados a la institución?

Por supuesto, el cargo esta fuera de la realidad y al negarlo, te avisan que pasarán la llamada a otro departamento que contesta similar a como lo hacen en los bancos. Empiezan a pedir datos hasta llegar a solicitar la contraseña y un número del token, esto les facilita entrar en el momento e intentar hacer alguna compra o transferencia.

Nadie está exento de caer esta una trampa, sobre todo porque están muy bien preparados.

El concepto genérico es “Phishing” y busca suplantar tu identidad obteniendo de ti información esencial, como son tus usuarios, contraseñas y datos de tu token. Con esto, entran a tus cuentas para hacer cargos de crédito o transferencias.

La forma que te estafan es haciéndose pasar por una institución y acceden a ti a través de publicidad (Spam), correo electrónico, mensajes SMS (Smishing) o llamadas telefónicas (vishing).

Las páginas que construyen son prácticamente iguales a las oficiales y piden los datos para ingresar a tu cuenta, tienen una infraestructura que les permite engañar al publico en general.

Para el defraudador se trata de un tema de probabilidades, de 10 que quieren robar, tal vez sólo uno caiga, pero el caso es que en grandes cantidades llega a ser un botín muy jugoso.

Las sugerencias son obvias, certificar que con quien se habla es con la empresa en cuestión. Es mejor regresar la llamada a números publicados, además de nunca proporcionar la información suficiente para entrar a tus cuentas a través de Internet. Esto último es la recomendación que las mismas instituciones hacen.

¿Cuántas veces han intentado hacerte un fraude? Coméntame en Instagram: @atovar.castro

Twitter: @albertotovarc

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