Quienes apenas empiezan en el mundo de las inversiones pueden tener el temor de perder “todo” su patrimonio y la respuesta a esa inquietud está en el destino de los recursos.
Es como el miedo a volar; existe la posibilidad de que el avión se caiga, pero ese tipo de eventos son tan poco frecuentes que es más fácil perder la vida en un accidente automovilístico. Aún así, es conveniente tomar precauciones y aquí te doy algunos ejemplos.
1.- Depositar en una cuenta bancaria es seguro, al estar cubierta por el IPAB por 400 mil UDIS, que son cerca de 2 millones 700 mil pesos en este momento.
En contraposición, veamos el caso de Banco Famsa, que tras su quiebra, devolvió a sus clientes hasta la cantidad asegurada; sin embargo, hubo quienes tenían un monto superior y alcanzaron a perder un 50, 70 o 90 por ciento de su patrimonio.
2.- Dentro de los instrumentos con menos riesgo se encuentran los papeles de deuda del gobierno, como son los Cetes, al confiar en la solvencia del emisor, uno esperaría un buen soporte. En la mayoría de los casos es así, pero en Grecia, Rusia y otras naciones han llegado a considerarse sus bonos como “basura” por la fuerte posibilidad de impago.
3.- Incluso, en lo tradicional se presentan catástrofes. las propiedades inmobiliarias pueden dejar de tener valor por completo con incidentes naturales como inundaciones, terremotos o desplazamientos de tierra que ponen en riesgo su cimentación. La inseguridad pública o deterioro urbano provoca también que las viviendas reduzcan significativamente sus precios o sea imposible enajenarlas.
4.- En los mercados bursátiles hay acciones que pierden su valor, pero por lo regular el proceso es paulatino, en la medida de sus resultados negativos, permitiendo una salida con demérito parcial. Ahora bien, las transacciones se concretan siempre y cuando exista un comprador y, en ocasiones, aunque se quiera vender, nadie desea adquirirlas.
5.- Otras alternativas operan fuera de los canales usuales, como son el caso de las criptomonedas. Tienden a ser volátiles, con alzas y desplomes espectaculares; en esa circunstancia la salida es complicada ante un crack.
6.- Si te percatas, perder todo el patrimonio no es tan común si realizas transacciones de manera “normal”. El problema surge cuando son mediante un apalancamiento, como sucede en el Forex, opciones o ventas en corto. Bajo esta situación, arriesgas más de lo depositado y podrías caer en una insolvencia total.
7.- Por supuesto, una forma de quedarte sin dinero es con las seudo inversiones como las piramidales que te prometen grandes ganancias y terminan siendo un fraude.
Por lo expuesto, es importante construir un portafolio para evitar poner “todos los huevos en la misma canasta” y abatir el riesgo de un colapso completo.
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