Hablar de ética, valores y principios en el ámbito empresarial es esencial. Más allá de pensar en “buenas decisiones” es importante reflexionar sobre el propósito de ser líder.
El coaching ejecutivo, a menudo ligado al desarrollo de competencias prácticas, tiene la capacidad de superar ese marco. No se circunscribe a solventar cuestiones diarias, sino a otorgarle un propósito a la labor de los negocios, a interrogar y redefinir la misión y visión de la entidad en un contexto ampliado y con trascendencia.
En la actualidad predomina una perspectiva inmediatista centrada solo en producir alta rentabilidad que contrasta con los tiempos cuando los empresarios se mostraban interesados por las familias que dependían de sus compañías, trabajando con la intención de perpetuar esos valores en próximas generaciones. La abundancia no era sólo económica, sino también entendida como legado y deber social.
En el camino hacia el éxito, algunos han desatendido la relevancia de construir una imagen personal sólida, fundamentada en la honradez y la responsabilidad social. Eventualmente, escucho relatos sobre directivos insensibles, deshonestos o faltos al cumplimiento de sus acuerdos, sin darse cuenta que esa proyección de su persona entorpece las interacciones comerciales y disminuye las posibilidades de avanzar de la compañía.
El panorama ético conlleva múltiples dilemas. Los líderes enfrentan con regularidad decisiones que, aunque puedan lucir provechosas en el corto plazo, podrían perjudicar la sostenibilidad de la empresa.
La imagen personal, se encuentra directamente afectada por su congruencia, sobre todo en un mundo cada vez más intercomunicado tecnológicamente a través de las redes sociales.
Así como los astros nos pueden ayudar a ubicarnos geográficamente, los principios y valores orientan nuestras decisiones, independientemente de cuán adverso sea el entorno.
La ética está lejos de ser antagónica a la rentabilidad y, por el contrario, puede convertirse en una ventaja competitiva. Existen casos de empresas que han florecido debido a su compromiso.
Ser transparente forja confianza externa y robustece la unidad interna, permitiendo la conservación del talento. Un espacio laboral donde impera la honradez y el respeto se transforma en un atractivo para todos los miembros del equipo.
Es vital que los líderes aspiren a potenciar su imagen y la de la empresa, más allá del enfoque financiero, considerando también la ética. Las elecciones de hoy configurarán el legado del futuro. Es nuestra responsabilidad garantizar que sea uno del que podamos estar satisfechos.
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