La empatía es una habilidad crucial para los líderes que desean crear entornos de trabajo saludables y productivos, especialmente cuando las estructuras autoritarias tienden a desaparecer y las nuevas generaciones buscan conectar con un propósito.
David Brooks aborda este tema en su libro "How to Know a Person: The Art of Seeing Others Deeply and Being Deeply Seen", donde ofrece una guía detallada sobre cómo desarrollar una empatía genuina. Afirma que “ser de corazón abierto es un requisito previo para ser un ser humano completo, amable y sabio. Pero no es suficiente. Las personas necesitan destrezas sociales.”
Las sugerencias del autor para aplicar la empatía en el ámbito empresarial son las siguientes:
1.- Desarrollar la habilidad de entender profundamente a los colaboradores, conociendo sus miedos, aspiraciones y el impacto de sus experiencias pasadas en su comportamiento actual.
2.- La calidad de la atención transforma las dinámicas laborales. Al ser cálido y genuino se inspira confianza y lealtad, mejorando la cohesión del equipo y la productividad.
3.- Muchos empleados abandonan sus trabajos porque no se sienten valorados por sus superiores. Un líder empático que reconoce las contribuciones puede aumentar significativamente la satisfacción y la retención del talento.
4.- Ofrecer apoyo basado en los requerimientos reales del equipo, no en lo que se considera útil desde una perspectiva externa. Este enfoque personalizado demuestra una comprensión más profunda y auténtica.
5.- Saber escuchar activamente y hacer las preguntas correctas es esencial. Ayuda a construir relaciones fuertes y permite conocer mejor los problemas y necesidades de los demás, facilitando una gestión efectiva.
6.- Proyectar nuestras propias experiencias en los demás para entender sus emociones nos da la oportunidad de hacer juicios con mayor precisión sobre lo que las personas están pasando y cómo apoyarlas de manera adecuada.
7.- Ver más allá de los currículums y capacidades técnicas, comprendiendo la subjetividad y las motivaciones que impulsan a cada individuo.
8.- Considerar múltiples perspectivas para encontrar soluciones que tengan en cuenta los sentimientos y preocupaciones de todas las partes involucradas, promoviendo un ambiente de trabajo armonioso.
9.- Brooks menciona a los "tejedores" como ejemplos de personas que construyen comunidades fuertes y unidas. Los directivos pueden aprender de ellos para crear un entorno donde los empleados se sientan parte de un grupo solidario.
10.- Entender y valorar las diferencias culturales fomenta una mayor inclusión y cohesión en los equipos, resultando en una mejor colaboración.
La empatía no es solo una cualidad deseable en los líderes empresariales, sino una habilidad esencial que transforma la cultura organizacional.
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