Hace poco platiqué con un empresario que me confesó su falta de acercamiento a las herramientas de inteligencia artificial (IA). Esta conversación me hizo recordar cómo, a mediados de los noventa, muchos decían lo mismo respecto a internet cuando se hablaba de adoptarlo en los negocios.
Entiendo que hay una barrera natural, ya sea por la edad o por la simple resistencia a aprender sobre nuevas tecnologías. Sin embargo, el avance de la IA es tan acelerado que ignorarla es un grave error.
Es cada vez más evidente la necesidad de que se formen equipos intergeneracionales en los negocios familiares y en las empresas institucionales. De esta manera, las fortalezas de la experiencia y sabiduría de los mayores se combinan con las innovaciones y habilidades tecnológicas que aportan los jóvenes.
Existen posturas dicotómicas en relación con la inteligencia artificial. Algunos temen que sustituya al trabajo humano, mientras otros la integran en la toma de decisiones cotidiana y en la planeación estratégica. Lo cierto es que la IA ha llegado para quedarse; su implementación avanza a una velocidad vertiginosa y está transformando a numerosas compañías desde diferentes perspectivas.
En el día a día, la inteligencia artificial es una aliada invaluable para profesionales y empresas. Nos permite confrontar ideas con rapidez, buscar referencias en cuestión de segundos y generar creatividad al ofrecernos nuevas perspectivas y soluciones.
Además, la IA tiene la capacidad de analizar una enorme cantidad de datos en tiempo récord. Esto facilita la interacción con los equipos de trabajo de una manera más informada y documentada.
Hay una infinidad de aplicaciones y agentes generados por IA que auxilian en tareas clave y repetitivas que consumen mucho tiempo, como la elaboración de reportes, el estudio del mercado, la programación y la atención al cliente. La automatización de estos procesos no solo libera recursos humanos para enfocarse en actividades de mayor valor agregado, sino que también reduce errores y mejora la calidad de los resultados.
Independientemente de las opiniones y las posibles consecuencias de la inteligencia artificial a largo plazo, es un hecho innegable que está cambiando con rapidez la forma en que operamos en los negocios, cómo trabajamos y cómo nos comunicamos.
Es fundamental estar abiertos a aprender y adoptar estas tecnologías innovadoras y las que vayan surgiendo. Son esenciales para sobrevivir y prosperar en esta nueva era.
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